Mi enfoque terapéutico es bastante ecléctico. Mi formación de base es cognitivo conductual, pero también me he formado en otras corrientes como la psicodinámica, la sistémica y las terapias contextuales. Son estas últimas, en concreto la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), con la que más cómodo me siento y mejor resultados estoy obteniendo tanto en consulta como en mi experiencia personal. En cualquier caso, creo firmemente que la técnica debe ajustarse al consultante y no al terapeuta, y aunque soy fiel a mi enfoque siempre intento adaptar el trabajo a la persona que tengo enfrente y no al contrario, por lo que continuamente me formo en las técnicas que me parecen interesantes y efectivas siempre que estas cuenten con suficiente evidencia científica.